Els treballadors d’ El Periódico comencen avui una vaga que està previst que s’acabi divendres i a la qual se sumarà, avui i demà, la plantilla del diari Sport. Els empleats protesten perquè, segons diuen, el Grup Zeta -l’empresa editora dels dos rotatius- no ha complert el seu compromís de recuperar, a partir de la nòmina d’abril, les condicions prèvies a l’expedient de regulació temporal d’ocupació (ERTO) que es va començar a aplicar el 2014 i que implicava una retallada salarial del 16%. L’ERTO es va acabar al març, però l’empresa va decidir “unilateralment”, segons els treballadors, despenjar-se del conveni i seguir aplicant aquesta reducció de sou. A més, els empleats temen que s’estigui preparant un ERO que pugui suposar l’acomiadament de fins a 200 persones. La convocatòria de la vaga ha portat la direcció del Grup Zeta a ajornar -de moment sine die - la celebració de la gala del Català de l’Any, que organitza El Periódico i que havia de tenir lloc demà
I el Txerra, afegeix;
I el Txerra, afegeix;
Hace ya unos cuantos días que paso poco por estos barrios.
Debe ser que la realidad nos golpea de forma más directa que la virtual de las redes. Os explico. Es un poco largo, pero si os apetece, lo leeis. Y si no, lo entenderé.
Este lunes, y quizá el martes, y el resto de la semana, la plantilla de ElPeriodico iniciamos una huelga de futuro incierto.
Se puede decir que la razón inicial, la que nos ha puesto en pie de guerra es un robo: la dirección de la empresa ha decidido que metía la mano en nuestras nóminas y se quedaba con una parte.
Aunque todo es más complicado, esta es la verdad, en pocas palabras. Una verdad que no niegan, sino que viene acompañada de una amenaza de más recortes salariales y posibles salidas.
Si esto se hubiera producido después de una negociación, de explicar que la cosa está muy mal, de prometer que todos arrimaríamos el hombro (directivos y empresario, también), pues es probable que uno optara por aceptar lo inevitable.
El problema en ElPeriodico (y supongo que en otras empresas) es que les pierden las formas, esa actitud chulesca de hacer las cosas porque les salen de salva sea la parte y los demás a tragar, que hace mucho frío ahí fuera, y montones de jóvenes periodistas que trabajarán por menos de mil pavos.
Pues bien, amigos. Se acabó. Existe algo que se llama dignidad y que los curritos estamos demostrando estos días, haciendo frente a presiones intolerables. Una dignidad de la que carecen quienes nos empujan a esto.
Esas presiones de las que os hablo son, entre otras cosas, formar un pequeño grupo de esquiroles (algunos, obligados, otros, quizá no) para poder llegar a imprimir un diario corto, unas pocas páginas que les salven las vergüenzas que no tienen y para que la web siga ofreciendo cuatro noticias de mala muerte.
No saben nuestros directivos que la fractura interna que se está produciendo será muy difícil de cerrar cuando todo acabe.
Y no saben esos compañeros esquiroles lo dificil que tendrán el mirarnos a la cara el día después.
Debe ser que la realidad nos golpea de forma más directa que la virtual de las redes. Os explico. Es un poco largo, pero si os apetece, lo leeis. Y si no, lo entenderé.
Este lunes, y quizá el martes, y el resto de la semana, la plantilla de ElPeriodico iniciamos una huelga de futuro incierto.
Se puede decir que la razón inicial, la que nos ha puesto en pie de guerra es un robo: la dirección de la empresa ha decidido que metía la mano en nuestras nóminas y se quedaba con una parte.
Aunque todo es más complicado, esta es la verdad, en pocas palabras. Una verdad que no niegan, sino que viene acompañada de una amenaza de más recortes salariales y posibles salidas.
Si esto se hubiera producido después de una negociación, de explicar que la cosa está muy mal, de prometer que todos arrimaríamos el hombro (directivos y empresario, también), pues es probable que uno optara por aceptar lo inevitable.
El problema en ElPeriodico (y supongo que en otras empresas) es que les pierden las formas, esa actitud chulesca de hacer las cosas porque les salen de salva sea la parte y los demás a tragar, que hace mucho frío ahí fuera, y montones de jóvenes periodistas que trabajarán por menos de mil pavos.
Pues bien, amigos. Se acabó. Existe algo que se llama dignidad y que los curritos estamos demostrando estos días, haciendo frente a presiones intolerables. Una dignidad de la que carecen quienes nos empujan a esto.
Esas presiones de las que os hablo son, entre otras cosas, formar un pequeño grupo de esquiroles (algunos, obligados, otros, quizá no) para poder llegar a imprimir un diario corto, unas pocas páginas que les salven las vergüenzas que no tienen y para que la web siga ofreciendo cuatro noticias de mala muerte.
No saben nuestros directivos que la fractura interna que se está produciendo será muy difícil de cerrar cuando todo acabe.
Y no saben esos compañeros esquiroles lo dificil que tendrán el mirarnos a la cara el día después.
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